domingo, 28 de octubre de 2012


Para Githa


Anoche
los dedos del sueño,
con las uñas pintadas de esmalte verde,
fueron abriendo las puertas que conducían a Holanda.

Viajé allí por tierra hace tiempo, llegué cansado y sin voz,
tú me recibiste como si yo supiera que tu nombre significa regalo.

Ahora, viajar por sueño es igual que huir por mar,
rasgar la noche hacia aquellas
en que moríamos de risa,
-cada uno en su idioma-
en aquel piso de squaters del número 112
(que es al que debe acudirse
en situaciones de riesgo).

Cenábamos queso y uvas.

Nos hacíamos todo lo solo enunciable en un cuerpo.

Dormíamos como ladrones.

Fuera, aquel castaño frondoso y verde,
verde viejo voyeur despeinado
nos despedía,
aún húmedo.

Simulamos querernos hasta que fue cierto.
Compartimos el tiempo oscuro del oscuro invierno,
minimizamos desastres.


Después cayeron los días con las naranjas,
redondos y llenos,
por la grieta inevitable del verano.

Hoy sé que tu nombre también significa guerra,
aquella guerra que yo perdí en Holanda.

J C

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